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Sobre el coronavirus, ¿de dónde viene?

En de diciembre de 2019 brotó en China una nueva enfermedad que, en pocos meses, ha conseguido paralizar el mundo entero y poner en jaque: el COVID-19, también llamado SARS-CoV-2. De los 27 afectados de los que informó el gobierno chino el 31 de diciembre de 2019 a los cerca de 250.000 contagiados que hay ahora mismo han pasado menos de 3 meses. Pero, ¿qué sabemos de estos virus?

Los coronavirus son una amplia familia de virus que normalmente afectan sólo a los animales. Algunos tienen la capacidad de transmitirse de los animales a las personas, como es el caso del SARS-CoV-2. Y no es el primero que afecta a los humanos. En 2012 el MERS-CoV causó el síndrome respiratorio de Oriente Medio, a partir de un brote detectado en Arabia Saudita, y acabó con la vida de, aproximadamente, el 30% de los infectados.

En el caso del COVID-19 existe la posibilidad de que la fuente inicial fuera algún animal, puesto que los primeros casos se detectaron en personas que trabajaban en un mercado donde había presencia de animales vivos. Algunos coronavirus son virus zoonóticos, lo que significa que se pueden transmitir de los animales al ser humano.

Centrándonos en el COVID-19, ¿cuáles son sus síntomas? Los pacientes principalmente tiene fiebre, tos y una sensación continua de falta de aire al respirar. En algunos casos también puede haber síntomas digestivos como la diarrea o el dolor abdominal. Y si hablamos de casos más graves la infección puede causar fallos renales, neumonías y, en algunos casos, la muerte.

Los principales grupos vulnerables son los mayores de 60 años, personas con hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades pulmonares crónicas, cáncer, inmunodeficiencias, y embarazadas (por el principio de precaución).

Si bien no se conoce de forma precisa, por analogía con otras infecciones causadas por virus similares, parece que la transmisión sería a través del contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se generan con la tos o el estornudo de una persona enferma. Estas secreciones infectarían a otra persona si entran en contacto con su nariz, sus ojos o su boca.

La contagiosidad depende de la cantidad de virus en las vías respiratorias. La gotas respiratorias (secreciones) que se emiten a la hora de estornudar o toser se pueden trasmitir por el aire a una distancia aproximada de 1 metro y medio o 2 metros, no mucho más.

¿Existe un tratamiento para el COVID-19?

No existe un tratamiento específico para el nuevo coronavirus pero se están empleando algunos antivirales que han demostrado cierta eficacia en estudios recientes. Sí existen muchos tratamientos para el control de sus síntomas por lo que la asistencia sanitaria mejora el pronóstico. Conviene recordar que al ser una infección producida por un virus, los antibióticos no deben ser usados como un medio de prevención o tratamiento.

En estos momentos es realmente importante que toda la ciudadanía sea capaz de aplicar las medidas recomendadas de prevención, así como la red sanitaria esta trabajando para mejorar la capacidad de detección de posibles infectados y dar la correcta respuesta sanitaria a los mismos.


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